¿Merece la pena recurrir a fuentes gratuitas?
Los diseñadores y las diseñadoras que han experimentado problemas de legibilidad debido a la baja resolución, o bien se han enfrentado a la falta de glifos, entienden perfectamente la importancia de recurrir a tipos de letras de alta calidad de fundiciones y especialistas en diseño de renombre. Sin embargo, las personas ajenas al ámbito creativo no comprenden las ventajas de pagar por las fuentes. ¿Cuántos y cuántas profesionales de la creación habrán escuchado alguna vez en su carrera «utiliza una fuente gratis»?
Los diseñadores y las diseñadoras que han experimentado problemas de legibilidad debido a la baja resolución, o bien se han enfrentado a la falta de glifos, entienden perfectamente la importancia de recurrir a tipos de letras de alta calidad de fundiciones y especialistas en diseño de renombre. Sin embargo, las personas ajenas al ámbito creativo no comprenden las ventajas de pagar por las fuentes. ¿Cuántos y cuántas profesionales de la creación habrán escuchado alguna vez en su carrera «utiliza una fuente gratis»?
Es innegable que las fuentes gratuitas tienen su utilidad en situaciones y momentos puntuales, pero ¿cuándo pesan más los beneficios que los posibles inconvenientes? ¿En qué momento recurrir a las fuentes gratuitas se convierte en un lastre? ¿Existen realmente las fuentes comerciales gratuitas? Vamos a abordar todas estas preguntas.
¿Cuándo son una buena opción las fuentes gratuitas?
En algunos casos, utilizar fuentes gratuitas es suficiente e, incluso, beneficioso.
Además de ser una opción fiable como fuentes de último recurso, las fuentes gratuitas también son muy útiles en los entornos de prueba de las diversas plataformas que utilizan los desarrolladores y las desarrolladoras. Son un recurso perfecto para productos en fase beta, pruebas o demostraciones. ¿Necesitas fuentes para facturas, extractos de facturación, cartas oficiales o etiquetas de valores nutricionales? Las fuentes gratuitas pueden adaptarse perfectamente a estos casos de uso. En definitiva, las fuentes gratuitas resultan útiles en casos puntuales.
Sin embargo, si tu empresa crece o quieres que tus productos y servicios destaquen en el mercado, las fuentes gratuitas perderán su utilidad; sobre todo, si tu marca es el propio producto. Encontrar, gestionar y revisar las licencias de las fuentes gratuitas para su uso comercial se complica cada vez más,
hasta que llega un momento en el que depender de fuentes gratuitas trae más problemas que beneficios.
¿Qué problemas conlleva depender en exceso de fuentes gratuitas?
La omnipresencia de las fuentes gratuitas hace muy difícil que puedan utilizarse a la hora de crear productos con una voz de marca distintiva. Si necesitas crear o mantener la presencia de tu marca o diseñar productos de consumo empaquetados, tus necesidades de diferenciación con respecto al resto de competidores serán superiores. Si cientos de empresas, sitios web y marcas utilizan las mismas fuentes que tú, corres el riesgo de que el valor de tu marca quede diluido.
Las fuentes desempeñan un papel importante a la hora de generar confianza y reconocimiento. Para aquellas empresas que dependen de la confianza de su clientela (por ejemplo, entidades financieras, aseguradoras, proveedores médicos, etc.), desarrollar una fuerte identidad de marca puede ser un arma importante contra las estafas. Las fuentes gratuitas facilitan que los estafadores puedan llevar a cabo ataques de phishing (o phishing personalizado), ya que pueden crear copias idénticas de sitios web, correos electrónicos y aplicaciones y, por consiguiente, poner en peligro el dinero, las inversiones y los planes de pensiones de la clientela. Este fue el caso de Venmo.
Aparte de los problemas asociados a la identidad de marca, las fuentes gratuitas también acarrean una serie de problemas de rendimiento. Las fuentes son archivos de software que interactúan con las aplicaciones y el sistema operativo en el que se instalan. Sin la orientación de especialistas en ingeniería de fuentes, pueden surgir problemas de renderizado si se corrompen los glifos o si el kerning (el espacio entre glifos) no es el adecuado en determinados escenarios. Además, las fuentes gratuitas descargadas de un sitio web cualquiera podrían no ofrecer la compatibilidad deseada con idiomas o sistemas de escritura complejos (por ejemplo, el japonés o el árabe), ni incluir acentos diacríticos básicos para los idiomas de origen latino más utilizados.
Las fuentes de código abierto de recursos asentados pueden cambiarse o eliminarse en cualquier momento. Ante eso, quedarás totalmente a expensas del código. Incluso las bibliotecas de fuentes de código abierto más conocidas y consolidadas retocan sus fuentes de vez en cuando. Si utilizas alguna de las fuentes de estas bibliotecas y deciden ajustar el espaciado o el kerning, es posible que tus páginas y aplicaciones se corrompan.
Si te encuentras con alguno de estos problemas por utilizar una fuente gratuita o de código abierto, ¿a quién recurrirás? ¿Hay algún especialista que pueda añadir los caracteres que necesitas o modificar características de la fuente sin dañar la compatibilidad con versiones anteriores o documentos heredados?
Además, a medida que el uso de las fuentes gratuitas se generaliza en toda la empresa, pueden aparecer nuevos riesgos legales y de cumplimiento.
La fuente gratuita que estás utilizando, ¿es realmente gratuita?
Cuando hablamos de fuentes gratuitas, podemos estar hablando de:
- Fuentes plenamente gratuitas: fuentes de código abierto, freeware, shareware, de dominio público o de demostración, descargadas de un archivo o biblioteca.
- Fuentes de código abierto: fuentes que incluye tu sistema operativo o hardware.
- Complementos de software o suscripción: fuentes que se proporcionan como complemento de una suscripción.
Lo que la mayoría de la gente no tiene en cuenta es que el uso de estas fuentes siempre se basa en un contrato de licencia de usuario final. Salvo por las fuentes amparadas por la licencia de software SIL Open Font License, el uso de fuentes consideradas «gratuitas» puede estar limitado por la letra pequeña (suele ser un archivo «Readme» que se incluye con la descarga, o una nota para que revises los detalles en el sitio web del autor o autora).
Las licencias de fuentes se aplican al uso, la copia o el traslado de una fuente a una nueva ubicación. Mover archivos puede ser tan sencillo como copiarlos a otro equipo mediante una acción de «arrastrar, soltar y cargar», o enviarlos a otro ordenador.
Pero ¿y si instalas una aplicación que pueda «llamar» a todas las fuentes de tu sistema operativo porque están en tu gestor de libro de fuentes locales? ¿Hablaríamos de distribución? ¿Qué pasaría si utilizas las fuentes que incluye tu sistema operativo u otra suscripción de software en una aplicación móvil, o si las copias en un servidor local compartido? ¿Estarías infringiendo el contrato de usuario final?
Aunque pienses que la fuente es gratuita, podría no serlo para los usos que has contemplado.
Cuando utilices algún archivo de fuentes, debes llevar el control de la siguiente información en todo momento: qué fuente se ha utilizado, dónde se aloja y cuál es su función en esa ubicación. Supervisar estos datos es factible cuando se utilizan cuatro o cinco fuentes, pero si colaboras con una red de agencias o eres una empresa en la que se utilizan cientos (o incluso miles) de fuentes, estar al tanto de la letra pequeña de los contratos de usuario final de cada una de ellas puede convertirse en una tarea inviable y que a menudo se descuida. Además, le quita tiempo a lo realmente importante: crear y diseñar.
¿Son las fuentes de pago tu mejor opción?
A medida que tu empresa crece, la calidad, la fiabilidad y la seguridad se convierten en una prioridad cada vez más esencial. Tus especialistas de la creación deben poder acceder a una enorme biblioteca de fuentes de alta calidad y de aspecto nítido y limpio para usarlas en multitud de contextos, desde anuncios para el metro hasta interfaces digitales; con amplios conjuntos de glifos para soportar cualquier expansión regional que te propongas. Necesitas fuentes que funcionen sin problemas en todas las situaciones, que se hayan probado a fondo antes de su lanzamiento y que cuenten con un equipo de especialistas dispuesto a ayudarte en caso de que te topes con algún problema o necesites modificaciones.
Si quieres desarrollar o preservar la identidad de tu marca, lo mejor es que tu equipo creativo tenga la máxima libertad posible para elegir y utilizar las fuentes que mejor se adapten a sus proyectos, sin verse obstaculizados por problemas de adquisición o licencias. El personal con puestos de administración y dirección necesita contar con una solución que le ahorre tiempo y le permita organizar las fuentes en una única ubicación central y controlar el acceso. Disponer de un sistema de este tipo elimina casi por completo los riesgos asociados a una gestión inadecuada de las licencias.